El Gobierno elevó en septiembre del 2012 el tipo de retención que sufren los autónomos del 15% al 21%, situación que se ha prorrogado para el ejercicio 2014, aplazando la reducción al 19% para el ejercicio 2015.
A este respecto Hacienda trabaja en una modificación de la tributación de los profesionales autónomos y estudia fijar un tipo de retención variable en función de los ingresos, como sucede con los asalariados. Aunque en sentido estricto esto no supone un incremento o reducción de la presión fiscal sí aliviará la salud financiera y liquidez de muchos profesionales.
La idea consiste en establecer una retención diferente en función de los ingresos del autónomo. El problema estriba en que en el caso de los autónomos los ingresos son más impredecibles que en un asalariado y lo más probable es que se fije un tipo de retención en función de los beneficios y facturación del año precedente.